Depresión
viene del latín depressio: hundimiento. El paciente se siente hundido con un
peso sobre su existencia.
Es un trastorno afectivo que
varía desde: bajas transitorias del estado de ánimo que son características de
la vida misma, hasta el síndrome clínico, de gravedad y duración importante con
signos y síntomas asociados, donde la tristeza es patológica, desproporcionada,
profunda y abarca la totalidad del ser. El paciente deprimido pierde el interés
e incluso la ilusión de vivir, sintiéndose incapaz de realizar sus actividades
previas.
La depresión es un trastorno de primer orden en cuanto
a frecuencia y trascendencia dentro de las enfermedades que aquejan
preferentemente a los ancianos, produce alto grado de incapacidad y aumenta la
mortalidad (directa e indirectamente por comorbilidad con otras enfermedades)
en la población geriátrica. Altera la calidad de vida del que la padece y es,
además, un problema social y de salud publica.
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